Por Mateo Buriticá Giraldo
La joyería, un arte con cientos de años de existencia y de historia, ha servido para adornar a mujeres y hombres. Los artesanos joyeros fueron, y siguen siendo, personas con gran inspiración y creatividad que se basan en las artes y la naturaleza que los rodea.
Hoy en las calles se puede ver mujeres y algunos hombres portando algún tipo de joya que les sirve como adorno o simplemente porque están a la moda. Joyeros como Paula Andrea Marcela Vélez Puerta son los responsables que actualmente podamos deleitarnos con obras de arte en cualquier sitio de nuestra ciudad.
Entrevista a una artista plástica y joyera
Me dirigí a encontrarme con Paula Andrea o, como sus amigos le dicen por cariño, ‘Poly’. Me encontré con ella en el bloque de Desarrollo Artístico de la Universidad EAFIT, se encontraba charlando con unas amigas. Ella como siempre me recibió con una enorme sonrisa. La conozco porque me enseñó a elaborar una pulsera en tejido peruano en días anteriores. Es una mujer extrovertida que te puede alegrar el día con una sola palabra.
Esta joyera de corazón y también de nacimiento, porque desde muy pequeña le ha apasionado este hermoso arte, siempre tiene alguna joya de su creación puesta en su cuerpo, exhibiendo orgullosa su trabajo tan elaborado, hermoso y con mucha dedicación. No paro de mirar una de sus creaciones que lleva en su oreja derecha, sobre el cartílago. Es la punta de una hoja de un árbol, elaborada en plata.
Ella me cuenta que desde que era niña le gustaba crear cosas. “Desde chiquita recogía vidrios y me hacía coronas con cartón paja y vidrios de choques”. Pero la joyería como tal, la empezó a practicar desde el año 2000 en la Universidad EAFIT.
Poly es una artista plástica graduada de la Universidad Nacional. Aprendió también fotografía, video, dibujo, escritura, escultura, y estampación. “Muchas veces me dedico al arte, decorar fiestas, diseñarle a personas diferentes cosas. También canto opera, lastimosamente la he tenido que dejar un poquito. Practicaba skateboard…hacía de todo”. En ese instante los dos soltamos una risa, lo cual le daba un ambiente más ameno a la conversación.
Ella me dijo que existen dos tipos de joyería: la comercial, que consiste en mirar tendencias, qué es lo que se está usando, colores y todo lo que hay a nivel sociocultural.
Y la joyería artística, que es la que ella practica y la define como “un proceso creativo donde vos plasmás lo que tenés en tu cabeza de una forma útil. Es como una escultura en pequeño formato. Es la herramienta con la que yo muestro las ideas y toda esa parte creativa mía que está adentro y que tiene que salir de alguna manera y me parece el instrumento adecuado”.
El cuerpo humano como inspiración
Los artistas dedicados a la joyería se inspiran en la naturaleza y Paula Andrea no es la excepción. Su fuente de inspiración es el cuerpo humano y el hombre como ser.
“Me gustan las partes anatómicas, crear joyería biomédica que además de que te adorne, te sirva para algo, es decir, extensiones y cosas así que no se encuentren en el mercado y sean extrañas y bacanas”.
Ella es una artista polifacética e inspirada. “No tengo parámetros, esto es jugar, experimentar y gozársela”. Me cuenta que en muchas ocasiones comete errores que le quedan muy lindos e intenta volverlos a cometer pero no le salen. “Los errores le dan soltura al trabajo y pienso que de los errores salen grandes cosas”.
Como Poly dijo, ella hace de todo. Entonces me surgió la curiosidad de por qué prefirió practicar la joyería y no otra de las artes plásticas. De inmediato respondió: “Es una forma de hacer escultura útil, no quiero decir que la escultura sea inútil, pero la escultura es lo primero con lo que uno se tropieza en una galería antes de ver un cuadro. Entonces es más bien hacer una escultura que uno pueda ponerse y que en determinado tiempo si no le gustó, pueda quitárselo y ponerse otra cosa”.
La joyería es un arte apasionante. Lo digo porque cuando Poly me enseñó elaborar la pulsera en tejido peruano, yo me entusiasmé y, por supuesto, ella también lo hizo porque de alguna u otra manera ese es su arte y quizás se sienta orgullosa de enseñarle a alguien más su conocimiento.
¿Cómo va Colombia en joyería?
Colombia es un país rico en artistas y personas con mucha creatividad. En las calles día tras día podemos ver a individuos vendiendo todo tipo de joyas, desde las más artesanales hasta las más elaboradas en diferentes metales.
Paula Andrea me contó que en Colombia la joyería se ha estado desarrollando bastante con la ayuda del Gobierno y del Ministerio de Minas y Energía, le han puesto atención y están haciendo capacitaciones para joyeros en diferentes pueblos. ”Estas entidades también están diseñando nuevas tecnologías, dándole títulos a joyeros que venían solo con experiencia y tradición de sus abuelos”.
Medellín es una de las ciudades con más desarrollo en el ámbito joyero. Este arte ha tenido mucho auge, sobre todo con el diseño de modas y de accesorios. Hoy en día la gente se interesa más por el arte y por supuesto por la joyería, una habilidad que muchas personas, incluyéndome, la admiran.
Hablar con ‘Poly’ es todo un placer, te diviertes con sus anécdotas y sus chistes. Cuando acabó la entrevista los dos quedamos en que el próximo semestre me voy a inscribir en el curso de joyería para aprender este arte.
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