lunes, 25 de abril de 2011

Sensualidad y perseverancia en un solo cuerpo

Por Mariana Penagos Jaramillo

Ingritt Johana Mideros es una joven de 27 años que nació el 29 de julio de 1983 en Envigado, Antioquia. Su madre es separada y según Ingritt: “Ha trabajado toda la vida para sacarnos adelante a mi hermana y a mí. Mi padre no es padre porque nunca respondió por nosotras”. Tiene una hermana de 25 años que vive en Londres y estudia diseño gráfico y publicidad.

Es profesora de pole dance en la academia Pole Fitness, sabe enseñar muy bien y todas sus alumnas le cogen cariño rápidamente. A esto se le suma también que es coreógrafa y bailarina en Canalón, una discoteca ubicada en Sabaneta.

A pesar de su agitada agenda nunca llega tarde ni cansada a ningún entrenamiento. Al contrario, siempre llega con “las pilas puestas” y con ganas de enseñar cada vez más.

Ingritt estudió dos carreras: administración de empresas hoteleras, en la Remington, y diseño de modas en el Cefit (Centro de Formación Integral para el Trabajo). La primera carrera no la ejerce, la segunda sí.

Tiene una marca de vestidos de baño de exportación llamada Reza y Peca, la cual está un poco quieta porque tiene que sacar la próxima colección y no ha tenido tiempo ya que Catalina, la otra profesora de Pole Fitness, estuvo de viaje casi un mes y a ella le toco cubrirla.

Dice que ha tratado de vender sus vestidos de baño en Medellín pero no ha tenido mucho éxito ya que hay mucha competencia y ella es de pocas amigas. Asimismo, comenta que le da pena ofrecerlos en la academia ya que allí venden otra marca, Mar de Rosas, y ella no le puede montar competencia a su alumna.

Es una mujer carismática que siempre tiene una sonrisa en su rostro. La caracteriza su elasticidad y su sensual forma de mover el cuerpo.

Es de estatura promedio, piel canela, pelo medio rubio y de cuerpo escultural y muy definido. Le encanta pasar tiempo con su novio y bailar al ritmo del reggaetón.

La pasión de Ingritt desde chiquita fue el baile. Empezó desde los cinco años a bailar ballet, luego a los 9 siguió con esta actividad y también empezó a aprender tango; con este baile fue campeona a nivel metropolitano en dos ocasiones.

A una edad bastante temprana descubrió que bailar era lo suyo, entonces allí empezó a estudiar ritmos como el árabe, el new school, el jazz, el baile tropical y la danza moderna. Al volverse toda una profesional en el baile, fue contratada por Coltabaco y estuvo 5 años de su vida haciendo giras por todo el país.

Unos años más tarde fue vinculada por varias discotecas como coreógrafa y trabajadora con los bailarines. Por último, terminó en Canalón, donde trabaja hoy en día.

Ingritt comenta que “luego sentí que quería hacer algo más en mi vida, algo que me exigiera verdaderamente como bailarina”. En este momento el pole dance era lo que estaba de moda en Medellín, así que decidió empezar a entrenarlo e ingresó a Pole Fitness.

Empezó como una alumna con Catalina, la única profesora que había en ese momento. Como tenía tanta práctica todo lo cogía muy fácil y nada le era difícil.

No pasó ni un mes y Catalina le estaba planteando a Ingritt ser profesora de Pole Fitness. Esto le gustó mucho y ella dice que desde el día de la propuesta empezó a entrenar muy duro y se exigía el triple.

Ella cuenta que el pole dance la apasiona y que además de todos los bailes que ama, éste es “además de un ejercicio y un baile, un estilo de vida”. También comenta que de su vida desapareció el estrés y la depresión.

Ingritt es fanática número uno del pole dance y desde que lo está entrenando su cuerpo se ha definido en un 80 por ciento, dice que físicamente se siente totalmente saludable.

Es una joven extrovertida, amante de esta actividad, adicta al baile y al ejercicio. Pasa día tras día en You Tube buscando videos sobre este tipo de baile y aprendiendo sobre ellos.

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