viernes, 29 de abril de 2011

Fundación Circo Medellín: el sol de la diversión en la ciudad

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Por Tatiana Restrepo C.
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Cumpleaños número 335.

“Niñas entren, pasen tranquilas”, nos dijo Gustavo a Carolina Echeverri (estudiante de publicidad de la universidad UPB) y a mí (Tatiana Restrepo estudiante de comunicación social de la universidad Eafit), cuando llegamos a su función el día 2 de noviembre de 2010, fecha especial para Medellín debido a su cumpleaños número 335.

Mauricio, Andrés, Anderson, Didier, Edison, Luis y Gustavo, son los integrantes de la Fundación Circo Medellín, que por su propia voluntad y con esfuerzo dejaron sus familias para luchar por un sueño. Un sueño que con dedicación construyeron al tomar la decisión de irse a vivir juntos al barrio Belén en la ciudad de Medellín.

Aquella noche algunos artistas de Medellín como el Parcero del popular numero 8, el mago Alfonsinny y los muchachos del Circo de Medellín, se reunieron en la plaza de Aranjuez para celebrar con los habitantes de la comuna número cuatro, un cumpleaños al son de magos, mimos y humoristas. Este evento fue un regalo que le bridaron estos artistas a nuestra ciudad.

Estos jóvenes tienen entre 20 y 25 años. Ellos formaron un hogar lejos de la violencia y crearon una forma de vida más segura y fácil que les permite concentrarse en sus estudios y en su trabajo. A través de su convivencia han logrado convertir la vida callejera en una vida artística, pues están en permanente contacto con el mundo de la mímica y la actuación.

Adornando con líneas negras sus facciones

Eran las siete de la noche y nos encontramos con los protagonistas de este evento en su carpa privada. Se estaban arreglando para el show: los muchachos compartían el maquillaje y con ayuda de un espejo pintaban sus caras de blanco y las adornaban con líneas negras que definían sus facciones. Todos se encuentran con sus caras pintadas de blanco, una boca grande y expresiva que combina con su nariz de color rojo y con su vestimenta de todos los colores, muy alegres y llamativos.

La relación entre los jóvenes es muy especial pues la han construido desde hace varios años atrás y ahora son como hermanos, por lo tanto, dicen encontrar apoyo en cada uno de ellos. Todos ellos son muy alegres e inquietos, constantemente realizan piruetas y maromas al mismo tiempo que cantan y escuchan música. Sus géneros preferidos son rock, pop y baladas de los 80’s.

Una vez vestidos y maquillados los muchachos empiezan a calentar y a brincar para ir botando adrenalina y generar un estado de nervios entre ellos. “Uno tiene que generar adrenalina y nervios para que cuando salga al escenario todo le salga perfecto, cuando uno no tiene emociones el show no es igual”, dijo Anderson cuando se estaba arreglando para salir.

Una misma filosofía

Los muchachos muestran lo que son en el circo y, de la misma manera, actúan afuera del escenario. Su filosofía es la misma dentro y fuera del espectáculo. Es de resaltar que estos jóvenes tienen la capacidad de dejar en alto la imagen de Medellín en otras ciudades en las que se han presentado.

Las luces se apagaron y un reflector iluminó la tarima y todo empezó. Estos jóvenes se encontraban en la comuna número cuatro dando todo de ellos.

Anderson y Gustavo fueron los primeros en salir, pues eran los encargados de abrir el show, ellos hacen una impactante salida al ritmo de la batería que, sin necesidad de palabras, dejan al público entusiasmado.
Gustavo continúa el espectáculo; colgándose por unas telas amarradas del techo, sube y baja, se enrolla y se deja caer, vuelve a envolverse y luego aparece boca abajo generando vacío y asombro en el público. Finalmente termina su presentación con aplausos y le abre paso a la siguiente escena.

Salen otros cuatro integrantes del grupo, todos uniformados con una pantaloneta y sin camisa, pues se trata de un show de agua. Actúan como si estuvieran en una piscina haciendo nado sincronizado de forma cómica e interactuando con la gente. Mientras tanto Anderson toca la batería para ambientar el show.

El Circo Medellín, se reconoce también porque no cuenta con animales para llamar la atención del público. Piensan que con los jóvenes y su actitud es suficiente para hacer de este espectáculo todo un cuento maravilloso. Añadiéndole a ello, las ganas de los chicos de salir adelante, sin violencia, sin vicios, con su mejor disfraz, convirtiendo el circo en su vida, pues dicen que más que una profesión es un arte.

Un espacio para el arte, teatro, magia y la risa

La entidad empieza con cinco niños de los barrios 13 de Noviembre y Sol de Oriente, junto con su impulsor Monseñor Rubén Sánchez, quien monta una escuela para proteger a estos pequeños de la violencia, las bandas, las armas y la droga. Así,í en ese mundo de maldad, había un espacio para el arte, el teatro, la magia y la risa, un espacio que se encargó de sembrar futuro, crear ilusiones, sueños, y formar artistas.

Después de iniciar este largo camino, Monseñor Sánchez por sus obligaciones religiosas tuvo que viajar a continuar con su vocación en Europa, dejando a los muchachos sin nadie que realmente los acompañara en este proceso; pero el deseo de continuar y no dejar acabar todo el recorrido que llevaban, llevó a estos cinco muchachos a tomar la decisión de seguir luchando por la creación de su circo. Ellos buscaron un lugar prestado en el barrio, Sol de Oriente, donde ensayaron diariamente. Entonces fue en sus ensayos que descubrieron el gusto por la actuación y el teatro.

Caballos, bebés y aviones

La función continuó en la comuna cuatro con el show de caballos, Didier era el encargado de manejar esta escena. Los otros integrantes del circo se disfrazaron de caballo (eran grandes y en cada disfraz cabían dos personas). Pusieron a interactuar al público y sacaron a los niños a dirigir el show. Inmediatamente el parque de Aranjuez se animó y se empezaron oír aplausos y gritos de emoción. Se podía evidenciar que la alegría llegaba entonces a este barrio ubicado al nororiente de la ciudad de Medellín.

Acto seguido, Edison se disfrazó de bebé y salió a escena con una pelota grande dando brincos y tirándosela a los espectadores. Anderson y Didier salieron jugando con unos avioncitos de papel, lo cual causo conmoción en la gente, pues el show se trataba de una pelea entre dos hermanos, por salvar su avión. Finalmente ellos dejan de pelear y se dan un abrazo tan grande y cálido que el público lo siente.

Rescate de talentos

A pesar de que ya no contaban con el apoyo de quien los impulso, Monseñor Sánchez desde Europa logro darles su mano y apoyo, contactándolos con Carlos Álvarez quien desde ese momento hasta el día de hoy es la persona que guía a los jóvenes y les da todo el soporte para seguir prosperando.

El señor Álvarez, con todos sus contactos buscó a estos jóvenes, que aun seguían en el barrio con sus familias, y se encargó de que pudieran salir con su circo a presentaciones, con el fin de darlos a conocer y mostrarles el mundo que de ahora en adelante comenzarían a vivir.

El fruto de tanto esfuerzo por parte de los muchachos y de Carlos Álvarez por fin tomo forma. Una casa fue el lugar donde se ubicaron todos, con el fin de establecer ya el grupo “Titiritrastes” y comenzar a trabajar con Carlos en la Fundación Circo Medellín.

Con el tiempo este grupo de muchachos ha ido formándose y aumentando su número de integrantes. Las obras que montaron mientras seguían en el barrio, aún las ensayan y en ocasiones las presentan haciendo modificaciones en ellas, pero también han montado otras obras, además de agregar a su lista de actividades, diferentes formatos y temas de presentaciones, ampliando así la carta de presentación como circo.

El trabajo que realizan estos jóvenes y los recursos que obtienen a través de éste, les permiten llevar una vida cómoda; ellos cubren todos los gastos de la casa, como el arriendo, los servicios, la alimentación, el estudio, el carro que comparten y su sustento, además de tener la capacidad de ayudar a sus familias.

El Municipio de Medellín otorgó a esta fundación un lote en el Cerro Nutibara para que establezcan allí, permanentemente, su circo, cercao a la casa que adaptarán para trasladarse y vivir juntos hasta el mes de Diciembre. Este lote les permitirá tener mayor facilidad a la hora de tener sus presentaciones, pues podrán ensayar y no tendrán problema con el traslado de la utilería cada que tengan que hacer una presentación en otro lugar.

Aplausos para el cumpleaños

Aquella noche los muchachos terminaron su show con muchos aplausos y sin necesidad de grandes atuendos, escenarios costosos y juegos de luces, estos personajes cautivaron al público, lo hicieron reír, pensar y los trasportaron a un lugar de fantasía que los alejaba de su cotidianidad.

Finalizado el show de los muchachos del Circo de Medellín prosiguió el mago Alfonsinny con el espectáculo, quien animó y les brindó a los habitantes de Aranjuez esperanza y fe en la ciudad de Medellín.

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