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Por Jesús David Trejos Betancur
La ciudad de Medellín, ubicada en el Valle del Aburrá y catalogada como la segunda más importante de Colombia por su excelente desempeño económico y social, brinda grandes sorpresas para el mundo y abre los brazos a todos aquellos que entre sus calles quieren disfrutar de todas las cosas buenas que allí encontramos.
Pero si alguien quiere entender por qué esta ciudad se impone majestuosa como el centro de una gran metrópoli debe mirar en los rostros de sus habitantes y entenderá como las palabras amables y el deseo de ayuda, caracterizan esta población y le hacen ganar el apelativo nacional que “los paisas son los más trabajadores”.
Pero la afirmación no son solo palabras, se ve sustentada cuando vemos las imponentes obras que hacen de esta ciudad la que tiene el mejor plan de movilidad urbana del país.
Ha sido con su sistema de transporte de alta innovación, el Metro de Medellín, corresponde a los planes urbanísticos más elaborados del departamento de Antioquia y ha hecho que sus habitantes ya por muchos años se transporten sin las extenuantes esperas en los trancones y sin los riesgos de caer fuera del vehículo.
El Metro ha sido la integración de sistemas de transporte que han adoptado varios países del primer mundo y ha marcado la diferencia en un país azotado por la violencia y se ha convertido en símbolo de cambio.
Este gran sistema empezó su funcionamiento el día 30 de noviembre del año 1995. En ese entonces contaba con tan solo 14 estaciones y fue solo un año después que se inauguraron cinco estaciones más, así como una nueva extensión del sistema, la línea B, que uniría la comuna 13 (barrio San Javier) con esta maravilla tecnológica.
Hasta la fecha cuenta con 25 estaciones y además se ha logrado un avance que ratifica la superioridad del sistema: tres líneas de cabinas aéreas que hacen que los barrios más apartados puedan acceder a este sistema. La cultura que se ha desarrollado en la ciudad a partir de esta maravilla móvil ha sido increíble.
Para su inauguración, la ciudad tenía el estigma del narcotráfico, abalado por el difunto capo Pablo Escobar, hecho por el cual muchas personas pensaron que tan magno proyecto sería un fracaso.
Pero esos escépticos se equivocaron. La ciudad recibió alegre el nuevo proyecto y fundo sobre esos rieles y esos vagones lo que sería una “identidad” a nivel mundial.
Rápidamente la ciudad adopto el cambio y la incultura que un día invadió las calles estaba cada vez más lejos.
Con este medio de trasporte se creó lo que hoy en día se conoce como la “cultura Metro”, con la cual se cubren muchos de los factores que no se ven en otros medios como los buses.
Ceder el puesto a quienes más lo necesitan como personas en situación de discapacidad, mujeres en embarazo, personas con edad avanzada o con alguna lesión o bien mujeres con niños de brazos han formado esos principios y hecho que esa cultura salga de las estaciones y se expanda por toda la ciudad.
Uno de los puntos en los cuales más se ha enfatizado todo este cambio es en el respeto por el medio ambiente.
Ha sido el buen manejo que los usuarios del sistema han tenido con las basuras lo que ha hecho del Metro de Medellín el sistema más limpio de Latinoamérica y el cuarto a nivel mundial. Cosas simples como no comer en las estaciones ha creado un cambio que, aunque sutil, se ha visto a través de los recién cumplidos 15 años de funcionamiento del sistema.
Es así como la “cultura Metro” se ha convertido en la mayor expresión cultural de Medellín. Nació como una campaña que pretendía concientizar los usuarios del metro, pero se convirtió en un modo de vida que se ha adoptado y de lo cual los paisas se sienten tan orgullosos que es común escuchar frases como: “Recoge esa basura, es cultura Metro”.
Luis Felipe Barrada, quien debe utilizar este medio para ir de su casa a la universidad todos los días, opina: “El Metro es muy bueno. Claro que tiene fallas, como la enorme cantidad de gente en las “horas pico”. Pero algo que me parece bueno es que nunca veo basuras en ningún lado y la cultura se ve mucho al momento de ceder un puesto o ubicar una persona desorientada”.
Uno de los mayores atractivos que el sistema ha tenido en estos 15 años es la unión del Metro con los sistemas de buses que lo complementan, desarrollando el sistema “Metro SIT” (Sistema Integrado de Transporte) con el cual por un valor establecido se cancela el monto de ambos transportes en una sola transacción, o en palabras más simples, pagando un solo pasaje son entregados un tiquete del Metro y otro de colectivo.
María Daniela Cardona, quien usa el metro ocasionalmente dice: “Yo nunca he tenido ningún problema en el metro, el sistema es ágil y cuando se hacen filas es para comprar los tiquetes, pero el sistema es muy eficiente”.
Es así como la expresión cultural más reconocida en Antioquia es el Metro, ágil, eficiente y así como el eslogan de la compañía: “El Metro de Medellín, te lleva a tu destino”.
El modelo no solo ha creado cultura, además ha creado cierta envidia y recelo por otras ciudades, como es el caso de Bogotá que quiere un sistema propio a pesar que la infraestructura de la ciudad lo obligaría a ser subterráneo.
Es así como no se puede hablar de Medellín sin hacerlo del Metro y como entre las estaciones Niquía (en Bello) e Itagüí se expande metro a metro la cultura y se espera que esto sea por mucho tiempo más.
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