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“Te recuerdo porque no tengo nada más que hacer,Juan Felipe López
aparte del mal aliento de la cocinera
no detesto más que recordarte”
Con un aire carismático y un toque bohemio, Juan Felipe López se sienta en la mesa del bar. Es joven y sencillo. Digno representante del selecto grupo de intelectuales poetas de la sociedad paisa.
En la expresión de sus manos tambaleantes al ritmo de la música que ambienta el lugar, se percibe su agrado por el jazz. Aunque su seguridad se siente al acercarse a él, una sonrisa casi nerviosa no desaparece de su rostro.
Es como si quisiera pasar de largo el momento de ser interrogado y como si sólo deseara sumergirse en el momento, en la melodía, la oscuridad y el olor a nostalgia y soledad que lo obligan a sentir.
Juan Felipe tiene 25 años y alterna sus estudios de psicología en la Universidad de Envigado con la apasionante labor de escribir poesía y fomentar el arte y la cultura en ese municipio del sur del Valle del Aburrá.
El deseo y amor por escribir no nació con él. Surgió tiempo después cuando en unas vacaciones, ocho años luego de graduarse del colegio, sus amigos lo incitaron a entrar a un mundo del que, sin saberlo, ciegamente se enamoraría.
También incidió el infortunio o la buena suerte de atravesar una dolorosa ruptura amorosa. Su primera poesía fue inspirada en la mujer que lo abandonó y la tristeza que le ocasionó su partida. Pero experimentando y notando que podía hacerlo mejor, cambió su estilo para burlarse de las trivialidades del mundo joven actual y sus adicciones a la modernización.
Reconoce que más allá de rimas y métricas, sus escritos son “un llamado de atención” a los jóvenes que se dejan influenciar de lo que él llama “elementos modernos y capitalistas” como la Internet y todos los artefactos electrónicos.
Cataloga sus escritos como “poesía crítica” y con un lenguaje irónico y lleno de sarcasmos se ha forjado espacio en un ámbito en el que el éxito es muy subjetivo porque no todos los involucrados tienen la misma perspectiva u opinión acerca de lo que es ser un buen escritor.
Juan Felipe recibió su primer reconocimiento a nivel metropolitano: el Premio Sueños de Luciano Pulgar 2010 de poesía.
“A solas conmigo” es el título del texto que lo lanzó a quedarse con el galardón y es, precisamente, una reflexión de lo que para él ha sido escribir y sumirse en el mundo de la poesía. Más que un escrito poético es la muestra de su motivación, de esa misma que él día a día se replantea para escribir, pues la complejidad del género le exige volver a cautivarse y encontrar nuevas razones para hacerlo, eso sí, hacerlo en su intimidad, cuando el silencio consume las madrugadas de Envigado y su inspiración se convierte en letra.
La satisfacción y plenitud que le genera la poesía no se la regala siquiera las notas de su guitarra, pero sí lo alegra poderla mezclar con la carrera que aún cursa, logrando que en esa fusión se encuentre el sentido social que quiere darle a todos sus oficios.
“Con la poesía hago una catarsis, alivio mis problemas, expreso mis sentimientos y pensamientos. Elimino todas mis cargas del día”.Al mismo tiempo hace una intervención social creando conciencia, formando y educando, según él, a los jóvenes que están deslumbrados por la tecnología y el consumismo.
Contradictoriamente, el medio por el que difunde sus textos, aparte de las publicaciones en varias revistas de poesía en las que ha participado, es un blog. Incluso llega a llamarse bloggero debido a que es consciente de que llegarle a la gente es más fácil si se hace por donde todos se mantienen conectados: la Internet.
La capacidad de sorprenderse, seguir siendo un niño, impactarse por lo cotidiano, “porque le falta un arroz al plato”, es lo que inspira sus tiempos de reflexión y escritura, aún cuando ésta es “enmarcada en un lenguaje burdo, un poco simple, simple de leer pero entendible, por un lado crítico y por el otro con un toque de humor negro”.
El juego en su lenguaje lo hace único porque se burla de los clichés e indirectamente denuncia con lo que está en desacuerdo. Su labor social sigue inconclusa y es por eso que, sin entrar en izquierdismos, espera seguir quitándole a la gente la pereza mental de mirar más allá de lo que el horizonte les ofrece.
Lo hace mediante el arte, publicaciones de poesía que incluye a jóvenes que quieren incursionar en el género, espectáculos al aire libre de ‘Erizarte’, talleres de fotografía y pintura, y con la Corporación Sísifo, la cual dirige.
Juan Felipe López “Showman”, como él mismo se denomina, sigue detrás de su silencio plasmando en versos, reclamándole y construyéndole a Envigado una cultura desconectada de lo moderno que él considera más apropiada.
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