martes, 26 de abril de 2011

Jhon Jairo Trujillo busca su sitio en el escenario musical

Por Susana Cossio Echeverri


Jhon Jairo Trujillo sabe mucho de música, vive la música, tanto que en sus 25 años dedicados a las partituras ha compuesto más de 50 melodías. Es un personaje anónimo, invisible en una ciudad que lo absorbe y que no le ha dado la fama que tienen otros con mucho menos talento.

“Lo más bonito es sentir esos nervios antes de salir al escenario, sobre todo en los teatros cuando uno monta, con buen tiempo, un concierto para mostrarlo al público, gente que va para verlo a uno o para escucharlo”, afirma al explicar que los nervios son el motor para una buena presentación, en especial, cuando ya está sobre el escenario.

A su juicio, ese sustico es de las cosas buenas e interesantes antes de los conciertos. No obstante, para evitar que esto influya en el éxito de sus presentaciones, acostumbra realizar un calentamiento previo de relajación muscular y ejercicios de respiración que le ayudan a controlar el ritmo cardíaco y, de esta forma, poder cantar bien.

Desde muy joven este talentoso artista descubrió su vocación, cuando recibió de su padre una guitarra que lo envolvió en la música. Desde ese instante no ha dejado de tocarla y ha buscado perfeccionarse en el manejo del instrumento y de otros como el bajo, el arpa, el tiple, el cuatro, la percusión y el piano. Todo esto, en parte, gracias a los estudios que ha realizado en diferentes academias de Medellín.

Este personaje, día a día, vive momentos de tristeza, alegría y soledad que lo obligan a componer en un lugar especial; donde el ambiente, los colores cálidos, los cómodos muebles y los diversos instrumentos musicales de varios países y culturas, así como las guitarras de toda clase, baterías y pianos, le propician un espacio de inspiración.

La música folclórica colombiana es el género musical al cual se ha dedicado como solista y en grupos, de los cuales ha sido el director, pero buscando diversificar, innovar, y penetrar en otros mercados.

También se dedica al Son Cubano y a música de otros países del mundo donde ha tenido la oportunidad de debutar. Como lo hizo hace poco en Argentina y Chile, con una compañía llamada Cumbia y Café, que interpreta ritmos folclóricos colombianos.

Al preguntarle por sus trabajos discográficos, este hombre humilde y emocionado por la entrevista respondió con orgullo y una satisfacción que se vio reflejada en su rostro: “He grabado 8 cds propios y como músico invitado para hacer guitarras o coros más de 20”.

Mientras hablábamos se mostró ansioso por cantarme una de sus letras favoritas, correspondiente a la canción Quiero decirte:

“Quiero decirte algo que me hago en silencio si no estás / que me pierdo en las nubes del dolor cuando mi piel no siente tu vibrar / y de corazón me pides con fervor que otro querer no ocupe tu lugar / amarte es la distancia es como naufragar…”

Hoy, con 45 años de edad y 25 de experiencia, luce resplandeciente. Sus ojos negros y expresivos, su cabello también negro y abundante y una sonrisa blanca, muy llamativa, reflejan la energía y la pasión que transmite en sus canciones.
Aunque para algunos el arte de hacer música podría parecer un oficio fácil y llevadero, Jhon Jairo explica que el verdadero profesionalismo se alcanza con dedicación y mucho estudio.

Un día de este personaje no es solo cantar; de hecho, es lo último que hace, luego de componer, hacer partituras y practicar lecciones. Todo esto y las largas jornadas nocturnas, en especial durante los fines de semana, lo alejaron en muchas ocasiones de sus seres queridos. Es separado y en la actualidad vive lejos de su ex esposa y sus hijos.

Sin ser una figura pública o el más reconocido, el talento de este hombre ha sido mostrado al público, sobre todo antioqueño, a través de programas de televisión como Serenata de Teleantioquia, y La gran noche, de Televida.

“A mí solo me conocen mis tres tías… jajaja’’, pero esto no ha sido un impedimento para ganar buen dinero; por el contrario, dice que le ha ido bien ejerciendo su profesión y piensa que puede vivir de ella el resto de su vida debido a que nunca ha pasado necesidades. “Si se es ordenado, juicioso y se ama lo que se hace, un artista pude vivir bien’’.

Además de haber recorrido durante tantos años de su vida en la música, también quiso motivar a sus dos hijos a tomar este camino. “No fue en vano porque a pesar de que no están dedicados profesionalmente a la música tienen esa vena artística y eso les sirvió de alguna manera”.

Su hijo Esteban, de 23 años de edad, es arquitecto, pintor y músico. “Es un artista completo” porque “todo lo que hizo y aprendió en su infancia y su juventud le sirvió para lo que está haciendo ahora y a desarrollar habilidades’’.

Después de hablar durante algunos minutos, la felicidad de este personaje por ser entrevistado era evidente. Con una sonrisa de oreja a oreja, me invitó a conocer su academia “Con ton y son, compañía artística”.

Ese entusiasmo es la muestra del amor que tiene por lo que hace y ha conseguido con el trabajo de tantos años porque su sede es una casa grande, dotada de instrumentos de toda clase, guitarras viejas y nuevas, baterías eléctricas y manuales, flautas, etc.

Durante el recorrido por la academia, en compañía de uno de sus alumnos, habló de sus conciertos en vivo y explicó que trabajar con pistas y no con una banda completa podría ser rentable porque van menos personas y así hay menos entre quienes repartir las ganancias.

Dejó claro que para el público lo más importante es escuchar un buen trabajo y por eso prepara sus presentaciones con tiempo.

Al final hablamos sobre el futuro de la música en Colombia. “Acá hay mucho talento, con la música se pueden hacer muchas cosas, hacer dirección musicales, producciones, clases, grupos musicales. Pero encontrar las oportunidades no es tan fácil, si lo fuera muchos talentos estarían sacando la cara por el país y no solo Shakira y Juanes".



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