lunes, 25 de abril de 2011

Un niño que soñaba en 3D

Manuel Osorio, creador de Anicom.
Por Tania Yesenia Gallo Patiño

Manuel Osorio es hoy un empresario exitoso que desde niño se embarcó en la aventura mágica de los animatronics, en el momento que visitó Disney a sus once años de edad. Allí supo que este mundo era lo suyo y que se dedicaría a la ingeniería mecánica para trabajar en esto. Su principal objetivo era trabajar en este parque que lo llenó de imaginación e ilusiones.

Ingresó a estudiar Ingeniería Mecánica con énfasis en Electrónica a la Universidad EAFIT porque quería empezar a proyectar su sueño de trabajar con animatronics y hacerlo en Disney.

Estando aún estudiando, Manuel se esforzó por conseguir una práctica en la empresa de Álvaro Villa Galvis, pionero en creación de animatronics desde 1978, pero no fue posible.

Sin darse por vencido él seguía animado con la idea de hacer estos aparatos de fantasía y conocer a Álvaro Villa. Tenía un nuevo propósito que era terminar la carrera y luego irse a vivir a Estados Unidos, ya que si quería trabajar en robótica y en Disney, tenía que buscar allí las oportunidades. Todo esto sin saber que al terminar la carrera, la universidad le otorgaría una beca de honor que le daría la oportunidad de hacer el posgrado que él quisiera.

Sin pensarlo dos veces entró a estudiar Matemáticas Aplicadas al control automático. De esta forma decidió enfocar la maestría en algo que fuera de la mano con su gusto por lo mágico, ya que pensaba que si seguía estudiando tenía que hacer algo para que su estudio y su sueño estuvieran fusionados.

Así surgió la idea de plantear para su tesis un algoritmo de edición artificial, que para su funcionamiento necesitaba una cabeza animatrónica y un patrocinio por parte de la universidad.
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Piel de silicona para dar aspecto humano.
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En el año 2002 se dedicó a la tesis. En ese recorrido conoció a Manuel Hernández quien recientemente había diseñado el museo que se encuentra dentro del planetario, y quien vio la cabeza que Manuel estaba desarrollando como tesis. Contento con lo que observó, le ofreció trabajar en la construcción de los diseños que él había pensado para el planetario.

En marzo del 2003 se graduó de la maestría y venía trabajando desde febrero subcontratado por otra empresa para construir unos dinosaurios que Manuel Hernández había diseñado antes. Esto, sin abandonar la idea de irse a vivir a Estados Unidos.

Mientras se encontraba en la construcción de este proyecto, por fin conoció a Álvaro Villa por medio de Manuel Hernández, quien lo contrató para hacer un proyecto en Corea y para finales de 2003 Manuel se fue a trabajar en un parque temático donde se quedó un poco más de un mes.

A su regreso a Colombia lo esperaban unos ingenieros para ofrecerle trabajar en la construcción de la segunda etapa del planetario, ya no subcontratado sino como persona natural. Presentó todas las propuestas y recibió los proyectos para ejecutarlos a comienzos de 2004.

Mientras realizaba este proyecto, la idea de irse a vivir a Estados Unidos empezó a desvanecer al ver que le estaban surgiendo proyectos en Colombia.

A mediados del 2004 creó el nombre “Anicom” y Alina Restrepo, su novia en ese tiempo, estaba haciendo un diplomado en iniciativas empresariales y debía crear una idea de empresa. Se juntaron para crear una empresa y generar un buen plan de negocios asesorados por Jorge Mesa, el coordinador de la oficina de empresarismo de EAFIT.

En 2005 Jorge Mesa les aconsejo participar en Ventures, concurso que contó con más de 600 ideas, de las cuales se escogieron 80 finalistas y entre ellas las de Alina y Manuel. Luego presentaron un plan de negocios y de ahí escogieron 22 y les dieron asesoría personalizada para escoger 10 finalistas.

Mientras el concurso continuaba, Manuel seguía haciendo proyectos de animatronics. Pasaron a la final y presentaron su proyecto en Bogotá.

Hasta ese momento ellos contaban únicamente con una diminuta oficina en la que no había espacio para más que un escritorio pequeño y dos sillas. La habitación de Manuel era la bodega donde se guardaban los materiales de los proyectos y el taller era el carro o el patio de la casa. Manuel se la pasaba por toda la ciudad de proveedor en proveedor con todo en el carro, así fue durante todo el 2005 cuando no se habían constituido como empresa.

En este mismo año fueron los ganadores del concurso Ventures, donde recibieron 40 millones de pesos como premio. Además, les regalaron publicidad y los catapultaron a una vida empresarial más sería. Para febrero de 2006 se escrituró Anicom como una empresa de sociedad anónima.

Con la publicidad que obtuvieron y ahora vistos como empresa, muchos clientes los buscaron y continuaron con la creación de animatronics.

Máquina Miguel Ángel para crear objetos en 3D.
Los primeros seis meses fueron asesorados dos horas semanales por Jorge Mesa y a cada proyecto por más sencillo que fuera trataban de hacerle la mayor cantidad de publicidad posible para darse a conocer; de este modo un proyecto daba paso a uno más grande.

En febrero de 2007 buscaron un lugar donde pudieran tener oficina, bodega y taller todo en un mismo sitio y lo encontraron en la loma del Tesoro. La oficina era un sótano con dos habitaciones que se usaban, una para oficina y otra para bodega. Había un galpón que también alquilaron para poner el taller.

Este fue el primer lugar oficial donde funcionaron como empresa y ahí empezaron a tener el primer empleado con sueldo y todos los requisitos que la ley ordena.

Así fueron pasando de hacer figuritas a hacer proyectos más grandes. Mundo Noel en el 2007 los contactó para hacer un diseño industrial constructivo. Al ver este excelente trabajo contrataron Anicom para realizar más cosas. Esto les abrió muchas puertas.

Asimismo, comenzaron un trabajo comercial con EPM para una nueva línea de negocios que estaban desarrollando, que eran las fuentes cibernéticas. Para esas fuentes constituyeron un consorcio con otras dos empresas de Medellín, desde 2007 trabajaron en la posibilidad de hacer las fuentes y en el año 2009 se dio la oportunidad de realizar el proyecto para la Navidad.
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Soldaditos de plomo en 3D.
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El consorcio elaboró el diseño y la construcción de las cuatro fuentes para los alumbrados navideños de diciembre de 2009 y ese fue un gran empujón a nivel económico y de imagen, ya que resultó un proyecto bastante exitoso.

Luego, Manuel Osorio, Alina Restrepo y todos los que lograron que este sueño que nació del gusto por los animatronics, el cine y la magia de que todo se puede volver realidad, se han dedicado a llevar a cabo el plan de negocios estructurando las estrategias y la operación de la empresa, han crecido en cuanto a estructura para tener mejor capacidad de respuesta y han adquirido tecnología como la máquina a la que han llamado Miguel Ángel, que es para cortar los objetos en 3D.

Ahora cuentan con un equipo interdisciplinario que involucra un ingeniero electrónico, un diseñador industrial, escultores, técnicos electromecánicos y auxiliares administrativos, entre otros. Esto les permite afrontar cada vez retos mayores.

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