miércoles, 27 de abril de 2011

Daniel López: artesano de la música en las máquinas

Por Santiago Gómez Castaño


 Fue un día con un sol penetrante que hacía hervir la piel y sudar por montones. Me encontraba sentado en la estación Universidad del Metro esperando que el entrevistado apareciera.


De contextura delgada, estatura mediana, tenía un sombrero que escondía su cresta de color cobrizo, unas botas negras de material brillante que le llegaban poco más arriba de los talones y una camisilla negra. Es Daniel López, de 21 años, estudiante de cuarto semestre de Diseño de Modas.

Daniel es un Dj amateur de música Industrial, una vertiente de la música electrónica que circunda en el mundo underground de Medellín y poco a poco va tomando fuerza.

Lo saludo como a un amigo que hace mucho tiempo no veo; en medio de ese brillante y caluroso día decidimos ir unas tres cuadras hacia la entrada principal de la Universidad de Antioquia, donde buscaríamos un lugar en el cual tomar una cerveza helada.

Entre risas me contó que antes de empezar diseño de modas había estado estudiando Comunicación Gráfica Audiovisual en la Universidad de Medellín, pero por una posibilidad de estudiar en Nueva Zelanda; se salió y empezó a trabajar en un almacén de ropa, lugar en el cual encontró su vocación de diseñador de modas.

En la mente de un Dj amateur
Se acomodó en un murito al lado del bar al que llegamos y me empezó a contar de su experiencia como Dj.” A veces me da por ser Dj, han sido pocas las fiestas en las que he tocado. Mi debut fue en un evento llamado Madhouse Party, organizado por el creador de una marca de ropa gótica llamada Two Wizards, la segunda fue en una fiesta de un amigo en halloween; la tercera pronto vendrá y será sorpresa”; mientras me decía esto se veía entusiasmado, como cuando un niño habla de los juegos en los que participara en algún lugar.

“El ser Dj es una afición que, además de entretenerme, alterno con mi carrera de diseñador de modas porque me parece chévere mostrarle a la gente lo que a uno le gusta por medio de la música y crear conciencia de lo que ésta expresa. Me parece interesante el que la gente se reúna en un baile con un Dj para sentir lo que te deja la música”.

Una pequeña sonrisa se dibuja en su cara, mientras que expresa que para él, el industrial es todo lo que vive, desde que se monta a un bus, mientras ve lo que pasa en la sociedad actualmente. “Todo se vuelve una gran industria, es lo que inculca la música, hace ver las cosas que están ocultas”.




El entorno del industrial
La música industrial es un nombre que se otorgó a mediados de los años 70 a diversos estilos musicales de vertiente electrónica y experimental, con respecto a los grupos afiliados a la disquera Industrial Records.

Después de tomar un sorbo de cerveza, que parecía refrescarlo bastante me dijo: “Lo que me parece bacano del industrial es la combinación de la música electrónica, que lleva a la música a términos como las fabricas, las industrias, la tecnológica, con los sonidos oscuros del gótico”.

Me explica que a diferencia de otros géneros de la música electrónica, el industrial no se ocupa de hacer música para vender, sino que se va más profundo y hace relucir los problemas que azotan la sociedad actual. Toma parte de su ideología del cyberpunk, un género de ficción que muestra un futuro oscuro a base de la tecnología y la ingeniería humana.

Comenta que en otros ámbitos en los que se involucra esta cultura son en la moda, el arte, el cine y habla de H.R. Giger, diseñador de personajes y escenarios de películas como “Alien, Future Kill, Tokio the last megalópolis”, que toma muchos elementos de la ideología industrial para su trabajo.

El sol había sido escondido por unas nubes; mientras divagábamos empezamos hablar de política y como el industrial podía influir en ella.

”El industrial no me parece que tenga una afiliación política definida, me parece que la protesta que hace se puede ver de muchas formas, igualmente hay casos en los que muchas personas se van por el lado nazi, que es extrema derecha, pero también está el caso contrario, donde grupos y personas se orientan a la izquierda política. A mí parecer no se deberían mezclar estas dos cosas porque crean altercados entre los seguidores de la cultura”.

Luego de otro trago de cerveza que ya estaba en la mitad, me comenzó a hablar de un altercado que hubo en una fiesta donde un grupo de metaleros estaban dispuestos a tener una riña con los que estaban allí por el simple hecho de que les gustara esa clase de música.

Retomamos la conversación y le pregunto si acaso el industrial tiene alguna ideología sexual; con cara de maestro que explica a un alumno inquieto me responde: “la escena industrial es muy libre, la gente puede ser de la sexualidad que quiera y no va a importar, así como el consumo de drogas es igual de libre, el hecho es que somos seres humanos que estamos viviendo en la sociedad”.

La escena industrial en Medellín
Entre el humo de cigarrillo y el ruido de los carros en la calle Barranquilla, Daniel me explicó que la escena industrial de Medellín comenzó más o menos 15 años atrás, cuando Orus Xhon y “El Mexicano” se interesaron por el género y emprendieron la tarea de expandirlo por la capital paisa. Buscando grupos en Internet, películas y repartiendo música en ciertos eventos fue como iniciaron.

“Mientras que yo ando apenas en el cuento hace cinco años, soy uno de la nueva era”. Actualmente la difusión de la escena industrial la llevan a cabo grupos como Medieval Darkwave Electro, Commando Prod, Dark Electro Kommunity y el desaparecido Music Invaders”.

Con respecto a la expansión de la escena Industrial él no está de acuerdo y argumenta que últimamente se ha vuelto algo de fashion, de escena y se pierde el sentimiento de la música. Considera que aunque el industrial maneje una estética, ella no es importante para considerarse un rave, lo importante es sentirla, conocer de donde viene, mucho más que la estética.

La cerveza ya se había acabado y nos sentíamos más frescos, prendimos un cigarrillo más y empezamos a caminar mientras hablábamos de lo que él busca con sus diseños, cruzamos la calle ruidosa y nos despedimos siguiendo cada uno su camino.

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